miércoles, 25 de junio de 2014

Algodón en el cielo y rocas en el mar

Cuando decimos que un día es tormentoso, no siempre nos referimos al parte meteorológico. Aunque ayer esa expresión se cumplía en todos sus significados.

El hecho de que dos o mas personas tengan que convivir en el mismo entorno durante un tiempo lleva a que sucedan muchas cosas, sean o no amigas o incluso solo conocidas. Ya no porque puedan tener carácteres opuestos, que en el fondo no creo en ese concepto, solo criterios opuestos en determinadas ideas, sino porque cada uno vive el momento de manera diferente. El hecho de que haya muchas variables que afecten este día a día, y que cada cual las reciba de manera diferente hace que se produzca ese abanico de vivencias o experiencias.

Yo no recuerdo que nadie haya dicho que deba existir el orden en todo. El caos también proporciona riqueza a la vida, un paisaje campestre no sería tan agradable a la vista si todo estuviera perfectamente ordenado, flores de colores, montañas, pájaros... Disfrutar de lo irregular y lo "no establecido" nos aporta esa sensación de "libre albedrío"... y todos necesitamos libre albedrío.

Estar observando durante un buen rato las nubes de algodón en el cielo es una experiencia preciosa, como lo es superar un momento de frustración e ira cuando encuentras rocas bajo el agua del mar y te haces daño en el pie.

Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario